jueves, 16 de mayo de 2013

Don Rufo bufa: Me niego a sentirme culpable (y II)



Lo prometido es deuda.

Me preocupa el reciclaje de los residuos domésticos pero hace tiempo me propuse no sentirme culpable de este asunto y todavía no ha ocurrido nada que me haya obligado a retractarme. Y estaría dispuesto a ello, que conste. Pero lo que es absurdo no resiste la menor crítica, la demagogia se desfonda por las costuras y lo que no tiene sentido cae por su propio peso. Veamos.

Empezaré formulando una batería de preguntas que me tienen verdaderamente preocupado y que todavía no parece haberse hecho nadie. Al menos que yo conozca o cuyas opiniones haya leído o escuchado en algún medio. ¿A dónde van a parar nuestros desechos no orgánicos? ¿Quién resulta beneficiado del reciclaje? ¿Por qué no hay una empresa –privada o pública- que se encargue de hacer el trabajo aunque para ello tenga que utilizar maquinaria? ¿Por qué si no lo hacen los ciudadanos no se encarga nadie de hacerlo? ¿Por qué se nos recomienda tan encarecidamente el reciclaje pero cada vez hay más envases de todo tipo y materia? ¿Por qué se nos obliga a comprar envases constantemente si eso supone un problema para el medio ambiente? ¿Por qué hace décadas desaparecieron oficios como coger los puntos a las medias y no hay otro remedio que tirarlas? ¿Por qué ya no existen los chatarreros, los que recogían ropa por las casas, por qué los bares y tiendas de comestibles ya no abonan el importe de las botellas vacías, los quioscos no cambiaba revistas juveniles, por qué se han olvidado otros mil procedimientos que incentivaban al consumidor y hacían circular productos que no llegaban a convertirse en desechos porque eran aprovechados por otros? ¿Por qué no se paga al consumidor por realizar un trabajo que va a beneficiar a terceros o por devolver un producto perfectamente aprovechable? ¿Por qué tenemos que pagar la misma botella millones de veces a lo largo de nuestra vida? ¿Sirve para algo tanto esfuerzo? ¿Por qué no tienen en cuenta que necesitamos un espacio extra para reciclar y los constructores no proporcionan cocinas habilitadas para ello sin incrementar el coste en lugar de seguir especulando con el espacio de las viviendas? ¿Sirve el reciclaje para dar lugar a un planeta más limpio o para que se lucren un conjunto de empresas privadas? ¿A quién están tratando de engañar? ¿Por qué no desaparecen los envases de plástico y cualquier producto no biodegradable y son sustituidos por otros de naturaleza orgánica que cumplan la misma función? ¿Por qué mientras nos venden como posesos miles de productos envueltos en  plástico, metal, cristal, poliuretano y otros materiales se nos acusa, se nos culpabiliza y se nos hace trabajar para otros? ¿Por qué no dejan de fabricar lo que contamina y eliminan el problema de una vez?
Creo que la mayoría de estas cuestiones se responden por sí solas. No obstante tengo algunas respuestas. Los productos que proceden de los contenedores van a parar a empresas de chatarra que a su vez lo venden a las fábricas para su utilización como materia prima. Esas empresas compran nuestras aportaciones muy baratas porque nosotros se las hemos cedido gratis y eso es un negocio extraordinariamente rentable. Hablamos de corporaciones muy prósperas aunque a primera vista no lo parezca teniendo en cuenta el tipo de material que utilizan. Pero a nosotros no nos sale gratis el cristal, el plástico o cualquier otro envase que hayamos de adquirir obligatoriamente una y otra vez. Pagamos constantemente por lo mismo pero el planeta se sigue ensuciando porque es imposible absorber al cien por cien toda esa inmensa cantidad de porquería.

Que nadie se equivoque, no estoy recomendando que el mundo se ponga a ensuciar como loco, ni que deje de reciclar su basura. Nada de eso. Lo que propongo es que seamos conscientes de nuestros derechos, que sepamos a quién beneficiamos, que reclamemos nuestra parte del beneficio, tanto por el esfuerzo como por lo que cedemos tan altruistamente, que hagamos lo que esté en nuestra mano para que aquellos viejos oficios, todas esas saludables costumbres vuelvan a imponerse, que exijamos que dejen de fabricarse tantísimas toneladas de residuos que serían perfectamente prescindibles. El planeta está enfermo, sí, pero nosotros no tenemos la culpa. Los fabricantes con sus nocivas costumbres y los políticos con su actitud permisiva son los que están destruyéndolo. Convenzámonos de que son ellos los que tienen la palabra y hagamos lo imposible para que modifiquen su actitud. Yo, don Rufo, sostengo que ya es tarde, sí, pero deberíamos pensar que más vale tarde que nunca en lugar de adoptar una actitud derrotista.

4 comentarios:

  1. Soy de las que reciclo todo. Aunque aquí en Madrid tengo un cubo menos, ya que a diferencia de Barcelona, no se reciclan aparte los residuos orgánicos. Pero también me he hago muchas de esas preguntas.

    Procuro no comprar envasado, pero ¿no sería más fácil y útil que el Estado pusiera más empeño en regular ese tema desde su punto de origen?

    Hay todavía mucho que "pulir" y clarificar en este tema del reciclaje.

    Un beso,

    ResponderEliminar
  2. Ya veo que estamos de acuerdo.

    Incluso me asalta la sospecha de si no estaremos produciendo el efecto contrario, porque cuanto más reciclamos más material desechable se produce. Pero, claro, ante la duda, es mejor seguir como hasta ahora, no es cuestión de hacer las cosas por nuestra cuenta y provocar un desastre medioambiental.

    Aún así, es mucho más lo que se tira que lo que se recicla porque la producción de basura no biodegradable es inmensa.

    Besos, Tesa

    ResponderEliminar
  3. Realmente son preguntas que tocan muchos puntos espinosos. En España, la conservación del medio ambiente es una responsabilidad que ha entrado tarde y han un no ha calado muy bien, a pesar de que somos cada vez más los que somos conscientes de su importancia. En países como Holanda, hace ya décadas que se hacen políticas contra el sobreempaquetado, pero aquí... Buena observación esa de que estamos eternamete pagando la botellita que luego encima se recicla; hace unos pocos años, se habló de volver al envase retornable, que sería una buena medida, pero supongo que se cargaría muchos negocios. De todos modos, aunque sea imperfecto, y sigo creyendo que es mejor el reciclaje, porque, aunque sea poca, alguna reducción aporta.

    ResponderEliminar
  4. Si los envases fuesen biodegradables unos y retribuidos a quien los conserva otros y además se prohibiese envasar lo innecesario, otro gallo cantaría. Pero pasa lo de siempre: el que sale perdiendo es el sufrido consumidor. Y total para casi nada porque seguimos contaminando muchísimo.

    ResponderEliminar

Explícate: